Primero lo primero… no sienta culpa del momento, histórico y legal, que está por regalarse.
Pruebe distintas yerbas hasta que encuentre la suya.
Ponga poquito de esa yerba en el fondo.
No lo llene de una.
Agregue azúcar, miel o cascaritas de naranja y yuyitos, si es de su agrado.
Siga adelante.
No permita que nadie le robe ese momento, legal e histórico, que está por regalarse.
Puede acompañarlo con tabaco o medialunas.
Lo que haiga será suficiente y necesario.
También puede mirar un punto fijo, cual si fuese un asesino serial que no ejerce.
Esto pasa muy seguido, ya verá usted lo que le digo.
Vea la bombilla como bombilla, no como un micrófono en el que cuenta sus dramas o canta canciones tristes para sentirse mejor.
Aunque… en este punto, perdón Gustavo, no me siento tan segura.
Hable con el mate si así lo desea. Que ni el mejor filósofo se lo impida.
No lo deje mucho tiempo sin agua.
La yerba se afea y también se afea la vida.
Si usted es solitario el mate será su gran compañía.
Créame. Tomar mates le cambiará lo cotidiano y lo absurdo; lo fantástico y lo significativo.
Donde sea que vaya siempre estará esperándolo en su casa… su perro, su gato, la pava y el equipo.
Una vez que haya entrado a la secta, legal e histórica, del mate… ya nada volverá a ser lo mismo.
🖊️ Agustina Ferrand
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