INCLUSIÓN, en latín, significa “entrada o trato amistoso con alguno”
Aditus familiaris vel facilis ¿no te parece brillante?
¿una rampa que se crea? ¿una lámpara amigable? ¿una puerta que se abre?
¿de qué hablamos cuando
hablamos de discapacidad?
Según la Ley 26.378 se considera personas con discapacidad a quienes tienen alguna deficiencia motriz, sensorial, intelectual o mental y que no pueden participar de manera plena y en igualdad de condiciones en la sociedad porque se encuentran con alguna barrera que se los impide
¿cuántas personas con discapacidad conozco en mi vida? ¿he visto de cerca su genio y su talón de Aquiles? ¿cuáles son sus derechos? ¿y sus colores favoritos? ¿qué sabores prefiere? ¿cuántas maneras de incluir existen? ¿millones, no es así?
y si el asunto de “sentirnos
incluidos” es serio es porque algunos siguen sin tener la oportunidad de reírse
y si algunos siguen sin
tener la oportunidad de reírse es porque hay un vacío que debería ser llenado
¿quién lo llena? ¿el chamán? ¿el psiquiatra? ¿el estado?
nacemos y somos como una
hoja en blanco
¿cuántos colores o tachones
me han dibujado? ¿me hicieron círculos o triángulos? ¿qué figuritas me pegué en
el borde? ¿no es cierto que cuantas más flores me dibuje (o me dibujen) mucho
más voy a florecer?
¿de qué hablamos cuando
hablamos de inclusión y florecer? ¿de la paciencia de un jardinero quizá? ¿de
las puertas que a todos nos dejan pasar? ¿de los libros que todos podemos leer?
¿de los discursos que todos podemos escuchar? ¿de los ambientes que todos
podemos habitar?
¿alguna vez viste a un niño
autista entrar en una crisis? ¿a un esquizofrénico tener un brote? ¿a una
persona con movilidad reducida llegar a la otra esquina?
porque si los viste, si
realmente los viste, habrás notado que el mundo es un lugar extraño y para quien
es “extranjero” en su propio cuerpo y/o planeta es mucho más extraño todavía
Lévinas, el filósofo que
conocí en Pedagogía mencionaba “no hay tú sin yo, no hay yo sin tú” y ahí es
donde aparece la ética de la otredad, como quien dice “yo existo porque tú
existes” y/o “sos el contraste que me dá valor y presencia”
no somos discapacitados, porque
de hecho ¡tenemos muchas capacidades! y no necesitamos que nos integren,
porque en ese caso toda la responsabilidad recae sobre nosotros, la de
adaptarnos “a la norma”
necesitamos, precisamente,
que nos incluyan “así tal cual somos”, con ángeles y demonios, con
huesos, carne y espíritu; fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas
siendo el entorno sano quien ponga el foco y la voluntad de hacer de nuestro paso un Aditus familiaris vel facilis
¡¿de qué hablamos cuando hablamos de inclusión, entonces?! ¿quizá de eso, no? de una sociedad despierta, sin miedo a ser amorosa y a seguir rompiendo barreras, lo cual significa, en hora buena, atenuar luces y seguir abriendo mentes y puertas
Foto y Texto: 🖊️ Agustina Ferrand
Santo Tomé, Santa Fe, Argentina
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